Tengo asco y me estoy quedando dormido, mi mente está vagando en confusos pensamientos sobre los viajes en el tiempo, mientras el profesor Niferto de Física explica las unidades de medida y las comparaciones para medir metros y centímetros, así como "pulgadas" que equivalen a 2.45 centímetros, "pies" que son 30 centímetros, "brazas" las cuales son los brazos extendidos, "codos" que van desde los 47 hasta los 67 cm, "yardas" que equivale a 91 cm, "cuartas" que suelen ser unos 23 centímetros y "palmos" de 18 cm, sin embargo es un tema que nos han enseñado desde la secundaria el cual siempre me ha parecido muy aburrido, bueno lo real aquí es que no me gustan mucho los números, cálculos, ecuaciones y cosas que tengan que ver con la Física, Química y Matemáticas, pero aun así yo intento ser un buen alumno y por ello estoy haciendo un esfuerzo sobre humano para evitar quedarme dormido.
Pero llega el momento en el que no resisto más, y comienzo a dejar que el sueño se apodere de mi, pero a pesar de todo, es un proceso lento, un proceso que me da conciencia y tiempo suficiente de darme cuenta como me estoy quedando dormido a media clase, como estoy sintiendo mi cuerpo ligero, mis párpados pesados, incluso comienzo a saborear la idea de que el profesor se dé cuenta y me ofrezca salir a tomar "aire fresco" (lo cual es su forma de decir: no te voy a reportar, pero mejor salte), también soy consciente de cómo me empiezo a ir hacia adelante hasta quedar con la cabeza entre mis brazos cruzados, recargado en el pupitre, hasta que por fin siento que me he quedado en la posición más cómoda y discreta para dormir, comienzo a cerrar los ojos.
Tengo los ojos cerrados y ya casi estoy totalmente dormido cuando de pronto siento el golpeteo en mi espalda, el golpeteo de un dedo con actitud nerviosa intentando llamar mi atención.
Intentó ignorarlo pero su insistencia me parece graciosa, así que decido erguirme y voltear para ver quién es el dueño del dedo insistente, pero estoy casi dormido así que mi movimiento para voltearme es lento y torpe.
Una vez que volteo, sonrío y con un alegre, pero somnoliento tono digo al fin
-Hola Oleil-
-¿Que crees Sam?- Me pregunta Oleil algo emocionada
-¿Que paso?-
Y en un tono divertido me contesta -Me estoy durmiendo- por lo cual siento algo de enojo, pues yo también me estaba durmiendo.
Me despertó para decirme que se estaba durmiendo, termina por parecerme gracioso
-También tengo sueño y algo me dio asco, pero aún no sé que es-
-No vayas a vomitar ¿Okey?- Oleil siempre parece divertida en lo que dice así que ahora yo le sigo el juego divertido
-No te preocupes por ello, si llego a vomitar procuraré que no te caiga el jamón que cene ayer-
-¡Wakala! Que asco-
-Ahora que lo pienso fue mucho jamón, tal vez salga a presión...-
-¿Así como la niña del Exorcista?-
Esa pregunta hace que yo haga mi mejor actuación de "Niña del exorcista" que puedo, e incluso esbozó una voz carrasposa que termina por dar risa-¿Alguien en particular al que le deba caer mi vomito endemoniado, "Padre"?-
-No, ser maligno, tú debes salir de ese cuerpo-
Nos comenzamos a reír olvidando que estamos en clase, así que alguien bondadoso nos lo recuerda antes de que nos llamen la atención, por que entonces si nos reportaría el profesor Niferto, no me quiero arriesgar a ese punto.
Después de las dos horas de física llegó la Maestra María Antonieta, que curiosamente imparte historia. Me gusta la historia mucho, pero aun así, siguió siendo difícil seguirle el paso a sus explicaciones.
Llega literatura con la Maestra Caruy.
Amo esa materia, es genial, es la única clase que disfruto al máximo en la escuela, pero hay un ligero detalle.
Es la clase que menos tenemos a la semana.
Comienza a decirnos lo brutos que somos por leer idioteces comerciales que están de moda, así que la idea que nos propone, es ofrecer porcentajes extra por leer buena y verdadera literatura.
Yo ya lo hago (no es por presumir), así que realmente no me afecta, de hecho a nadie le afecta, pues de mis 41 compañeros, tan sólo 5 leen y leen de todo.
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