¿En verdad están viviendo, o tan solo están no muriendo?

El presentador está muy emocionado hablándole al público en el Teatro Monroe, aquel hermoso edificio en las afueras de la ciudad. Una tarde hermosa para una plática como la que está dando, una conferencia que nos haría falta escuchar a demasiados, pero que solo unos cuantos desafortunados lograron escuchar.
 -Deberíamos pensar en lo que realmente es vivir en la Tierra, damas y caballeros, en lo que realmente es estar vivos. Porque cualquiera puede respirar, tener un correcto funcionamiento de todos sus órganos y extremidades, pero no cualquiera puede estar vivo. Vivir es más que eso, es más que despertar cada mañana e ir a trabajar por un mísero sueldo con el que compran comida para no morir. Entonces yo les planteo a ustedes esta situación para que se pregunten lo siguiente ¿En verdad están viviendo, o tan solo están no muriendo?
“Piénselo unos momentos. Todos ustedes piensen si hacen lo que adoran hacer, si disfrutan la vida, si se maravillan con el mundo, si saludan al cartero, si se detienen a pensar en que realmente vale la pena ir a un lugar que odian, si un día toman un camino diferente que los lleve a lugares extraordinarios que no sean esa pantalla gris sobre un escritorio carcomido por el tiempo y el uso que le han dado muchos otros antes que ustedes. Realmente hacen lo que aman ¿Realmente aman? ¿Realmente se aman y valoran a ustedes mismos? ¿Están viviendo? Si hacen cosas fuera de lo normal y eres alegre porque te dedicas a lo que te gusta hacer, entonces es momento de que se levanten de este auditorio y salgan, pues no vale la pena estar aquí si ustedes ya están viviendo, no obstante, creo que no están vivos, si no, no habría razón alguna de que estuvieran aquí, escuchando a un hombre de saco azul con corbata roja hablando sobre la vida, intentándoles dar una lección. No.  No estarían aquí si no fuera el caso. Una vez mi padre me dijo “Siempre haz lo aquello que te de paz”, desde entonces me dedico a lo que me da paz acompañada de una satisfacción increíble por sacar a las personas de sus vidas miserables y tristes.
“Yo los amo a todos en la sala, los escogí gracias a un llamado del universo, un llamado proveniente de algo mucho más lejano a cualquier cosa terrenal, un llamado espiritual, el espíritu conejo de la vida. Este espíritu fue el que dirigió mi camino, el que me dijo que todos ustedes querían morir, él me pidió que los ayudara a morir”
Al terminar esta última parte del discurso se esperan los aplausos del público, un vitoreo o tal vez llorando debido a la profundidad de todo lo que dijo mucho antes de la parte final sobre si la gente vive o simplemente no muere. Lamentablemente los cadáveres no aplauden, sin embargo el loco del traje azul escucha los aplausos y la gente gritar bravo, aunque la verdad sea otra.

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